La muerte hasta el momento no ha sido del todo esclarecida. El cadáver de José Alberto presentaba heridas con arma blanca en diferentes partes del cuerpo y tenía huellas de haber sido asfixiado.
Las cosas en la casa estaban en desordes y la noche del jueves uno de septiembre se escucharon disparos en el domicilio.
Los familiares comentaron que José Alberto era poseido por un espíritu maligno y cuando eso sucedía el se ponía como loco y desconocía a sus familiares.
Además de que era devoto de la Santa Muerte. Las autoridades dicen que se suicido y por el dolor infringido por las lesiones con arma blanca es que desordenó las cosas.