Fernando Esponda Jiménez, de 15 años de edad murió al pegarse un balazo, al momento en que limpiaba una pistola calibre nueve milímetros, en el patio de su casa, ubicada en la colonia Patria Nueva. Su padre, Alcides Esponda Díaz, sargento primero del ejército mexicano, fue quien le enseñó a darle mantenimiento a las armas.
Eran las 9:15 horas. Se escuchó una detonación. Sus familiares salieron al patio y vieron a Esponda Jiménez tirado, ensangrentado, inmóvil. A un lado de él, la pistola, su funda y un celular.
Paramédicos de la Cruz Roja llegaron minutos después a valorarlo, pero ya estaba muerto.
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